Jordi Ribas Ros proviene de una familia con larga tradición en el trabajo de la madera. En Argentina aprendió el oficio de pequeño en el taller de su padre, que continuó la tradición iniciada por su bisabuelo en Sta. Margalida (Mallorca). En 1986 se hizo cargo del negocio familiar y fue entonces cuando entendió que dedicarse a la empresa le alejaba de lo que más le gustaba, el trabajo con la madera.

En 1994 se trasladó a vivir a Mallorca y fue entonces cuando entró en contacto con un elemento inesperado: la tradición y el patrimonio cultural. En Mallorca descubrió poco a poco, no sólo una similitud de objetos y formas con los trabajos que en Argentina realizaba su abuelo, sino también las razones por las que estos trabajos se hacían de una determinada forma y con unos materiales específicos. Entonces también  tomó conciencia de que la mecanización e industrialización acelaradas de los últimos años iba condenando al olvido todo este legado. Aquí conoció la obra de Gaudí que le impresionó y ha dejado una huella profunda en su forma de entender las formas. Y descubrió también el misterio de la simbología que estaba presente en todos los diseños: desde la artesanía a la arquitectura de las catedrales.

En 1996 abrió un pequeño taller en la Colonia de St. Pere con un propósito claro: recuperar las técnicas y materiales tradicionales del oficio para innovar y buscar una alternativa a la relación que mantiene el hombre actual con la madera y con el trabajo en general (mecanizada, estandarizada, despersonalizada y consumista ). Desde entonces hasta el día de hoy ha trabajado en su taller diseñando y fabricando todo tipo de objetos con madera: carpintería exterior, elementos estructurales (envigados, escaleras…), muebles de todo tipo, objetos decorativos, utensilios. .

El trabajo de Jordi ha comportado estos últimos 25 años una investigación constante y apasionada. Ha recuperado herramientas manuales de carpintería tradicional y ha reinterpretado su uso, lo que le ha permitido conseguir formas únicas e innovadoras de gran belleza, inspiradas en la naturaleza.

El respeto por el entorno es otra de sus grandes preocupaciones. Utiliza maderas autóctonas (albaricoquero, almendro, olivo, acebuche, encina, pino y ciprés autóctonos), de derribo (norte viejo y cepí) u otros que certifiquen un origen sostenible tanto de los bosques como del entorno social de donde provienen. Por eso se ha implicado en la recuperación del cultivo y el aprovechamiento de la madera de las especies autóctonas y en la concienciación de su uso racional.

En cuanto a los acabados, siempre que sea posible son el aceite de lino con trementina. Productos naturales que alimentan la madera y la mantienen viva.

Un mueble, un objeto, un cierre… debe ser duradero y debe poder pasarse de una generación a otra. Por eso debe ser de calidad, útil y bello. Sus muebles y objetos son únicos y los diseña junto con las personas que los utilizarán y convivirán con ellos. En el proceso se tiene en cuenta la funcionalidad, la armonía con el entorno, las materias primas idóneas y respetuosas con el medio ambiente, la personalidad del destinatario… El objetivo es crear objetos de alta calidad, originales, duraderos y con una esencia que les confiera un valor también emocional. Por otro lado, Jordi está profundamente convencido de que los materiales y las formas ionciden en nuestro bienestar emocional y en nuestra salud. Por eso en sus diseños predominan las formas orgánicas, están hechos siempre con madera maciza y acabados con aceites naturales.

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